Pretorianos de Tomares: Pretorianos en la Prensa

8/2/10

Pretorianos en la Prensa

Nº de febrero de 2010 de Corricolari, revista especializada en el mundo de las carreras populares y eventos afines

La foto esta tomada el pasado año en la llegada del Maratón de Sevilla. Los cinco que aparecen en la foto (de derecha a izquierda: Manolo Ortega, Javi, Potaje, Polo y Plum), desde principio hasta el fin, fuimos juntos. Como dicta nuestro credo pretoriano. La instantánea también ha servido para ilustrar el libro que con motivo del 25 aniversario del maratón fué publicado hace poco por el IMD de Sevilla y escrito por nuestro amigo periodista y también corredor Dani Quintero

Salud, fuerza y honor

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CREDO PRETORIANO

El espíritu de PRETORIANO:
Es único y sin igual. De feroz esfuerzo y honor, de buscar siempre acortar la distancia hasta alcanzar la meta.
El espíritu de COMPAÑERISMO:
Con el sagrado juramento de no dejar jamás solo a un pretoriano en la carrera hasta terminar.
El espíritu de AMISTAD:
De juramento entre todos los pretorianos
El espíritu de UNION Y SOCORRO:
A la voz de ¡A mi los pretorianos! sea donde sea, siempre habrá un pretoriano que os tienda su mano.
El espíritu de MARCHA:
Jamás un pretoriano se retirara de una carrera hasta caer reventado. Será si no el más veloz si el mas resistente. Caer solo le obliga a levantarse.
El espíritu de SUFRIMIENTO Y DUREZA:
No se quejara de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño. Porque su deber es terminar.
El espíritu de ACUDIR A LAS CARRERAS:
La centuria, desde el pretoriano solo, hasta la centuria entera, acudirá a todas las carreras de extrema dureza.
El espíritu de CORRER:
El pretoriano pedirá siempre, siempre correr sin mirar los kilómetros ni las horas.
El espíritu de MUERTE:
Morir por hacer lo que amas es el mayor honor. No se muere más que una vez. Morir no es tan horrible como parece. Horrible es vivir sin hacer las cosas por las que querrías vivir.
El estandarte de los pretorianos:
Será el más glorioso, porque será teñido con el sudor y la sangre de sus pretorianos