16/10/09

Dicen que nunca se rinde... (por AVQ_1979)

Tras el intento fallido de hace dos jueves, pensé que ya tendría que esperar al año que viene para sacarme las espinita de no haber podido coronar el Veleta. Pero el Tiempo parecía querer darme una segunda oportunidad....y no habia que dejarla pasar.

Así, el nuevo dia D era este pasado sábado, aunque las sensaciones no eran las misma: las ganas y la ilusión del primer intento se convirtieron en tozudez y en “esto lo tengo que hacer por h...” Solo de pensar otra vez en subir por los mismos sitios, mismas curvas, mismos cruces... pero había que hacerlo.

Para esta ocasión pensé en adelantar un poco la salida y, de esta forma, estaba a las 4:50am ya listo en el coche para salir y lo de siempre: parada a desayunar en El Hacho, 240kms hasta Granada, aparcar donde la otra vez, cambiarme, echarme los bartulos encima y salir a andar. Serían 8:00am cuando comencé el camino, era de noche aún y hacia frio; mas que el otro día. Tanto que tuve que pararme a ponerme la chaqueta, aunque a los pocos kilometros ya entré en calor y la volví a guardar en la mochila.

Esta parte, poco se diferencia con lo ocurrido el otro dia: subida desde el metro 1, ritmo globeril y a poquito a poco hacia arriba. Incluso los tiempos de paso me salen similires (minuto arriba, minuto abajo). Lenta y parsimoniosamente me voy acercando al km30, punto donde empezó mi particular calvario en el primer intento. Esta vez he montado las cubiertas taqueadas debido a la mala experiencia anterior. Y acerté, porque no tuve problema alguno. Cero pinchazos.


Con el sagrado juramento de no dejar jamás solo a un pretoriano en la carrera hasta terminar. (Credo Pretoriano: el espíritu de COMPAÑERISMO)

Pero es un poco antes (km.27) cuando esta subida se convierte en distinta a la anterior: en este punto se llega a una curva que es cuando por primera vez en la subida se ve el pico Veleta. Como eso se merecía una foto, me aparto al arcén.



En ese rato que estoy alli me alcanza un ciclista. Tras charlar un rato con el, iniciamos de nuevo la marcha y me dice que me acompaña. Yo encantado pero le digo que llevo tiempo viendole detrás mia y que su ritmo era mucho mejor que el mio, que no sabia si podría aguantarle. Me dice que no le importa, que se acopla a mi ritmo. Es mas, me reconoce que al verme se picó un poco y aceleró su ritmo jajajaja

La verdad es que la compañía viene de fabula, tanto para él como para mí. Empezamos a charlar y me dice que viene desde Crevillente con la familia a pasar el puente, yo le cuento mi madrugón desde Sevilla, etc...

A esto que me dice que se queda en la Hoya de la Mora, que su mujer le recoge alli con el coche. Entonces me pongo serio y le digo que eso no puede ser, que hay que subir hasta arriba que sino se iba a arrepentir de no haberlo hecho. La verdad es que no me cuesta mucho convencerle y llama a la mujer para decirle que vaya a recogerle mas tarde, que va a subir hasta arriba.

Casi sin quererlo, llegamos a la Hoya de la Mora (km.35). Punto donde está la famosa barrera que impide seguir a los coches (salvo excepciones) y donde solo se puede continuar andando o en bici. Aquí también es donde tuve que dar media vuelta en el primer intento.....

Paramos a tomarnos algo (él un tercio de Cruzcampo y yo una fantalimón, qué si no) en uno de los bares alli montados, la verdad es que se estaba muy agusto.El dia habia salido esplendido: soleado y sin frio. Charlamos con el dueño del chiringuito y nos comenta que hasta la cima hay 10-12kms mas, pero los mas duros. Le decimos que nos vaya enfriando las cosas que en un rato estábamos de vuelta....





Llevaba ya 3h30 de marcha y nos disponiamos a atacar el ultimo tramo de la subida. Se podria pensar que a falta de 10kms, ya estaba todo hecho y que seria coser y cantar. Pero las cosas no son como queremos, sino como son.....


No se quejara de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño. Porque su deber es terminar. (Credo Pretoriano: El espíritu de SUFRIMIENTO Y DUREZA)

Empezamos a buen ritmo (dentro de lo que cabe) y paramos a echarnos unas fotos en la Virgen de las Nieves.


Hay mucho senderista subiendo y bajando; tambien nos adelantan varios ciclistas pero nos confiesan que ellos han empezado desde la barrera y por eso van tan “frescos”. Yo aguanto un par de kilometros para meter el plato chico y un poco despues, a falta de unos 5kms para la cima, me doy de cabeza con el “muro”. Ya iba listo, con las patas tiesas y los gemelos amagando con dar la nota....

Volvemos a parar para echarnos una foto con el Veleta a nuestras espaldas. Está tan cerca que casi lo podemos tocar con las manos.



En línea recta, el GPS indica que no llega ni al kilómetro de distancia. Pero de camino, son casi 5kms los que nos quedan.

Esta sensación me recuerda a cuando hice la Subida a Pié en el que este tramo se me hice (a mis compañeros también) eternos. Veias la cima tan cerca que pensabas “detrás de esa curva seguro que esta el final”y cuando llegabas te encontrabas con un zig-zag de curvas. Y el final parecía que nunca llegaba....

Pues esta vez, mas de lo mismo. Y de ahí la suerte de encontrarme con mi compañero porque de alguna manera me “obligaba” a seguirle ya que si hubiera ido solo estoy seguro que me hubiese parado a “echar fotos” mas de una vez. Ademas, la altura y la falta de oxígeno ya iban haciendo mella y cuando intentaba dar una bocanada de aire, no podia llenar los pulmones. Era algo un poco agobiante la verdad.

Ya debía quedarnos muy poco ya que nos cruzamos a los ciclistas que nos habian pasado antes: “Venga, que queda poco”, “Vamos, que ya lo teneis”. Esto te subia la moral de manera increible. Nada comparable al llegar a la ultima curva, a donde ya solo quedaba una rampa. Iba tan fundido que apenas a unos 300 metros tuve que echar el pie a tierra y empujar la bici. Mi compañero aguantó algunos metros mas que yo.

Ya estabamos alli, ya no podíamos subir mas. Tras 45,95km y 5h57' (de ellos los ultimos 12kms en 1h40!!!!), estaba en la cima del Veleta. Habia muchas personas alli, pero con bici solo nosotros dos. En ese momento se nos pasó el cansancio, se nos olvidaron los malos momentos de la subida, el madrugón, la sed, etc.... Mi compañero me da las gracias “porque sin ti no hubiera seguido hasta aquí arriba”. Le contesto que “ya te dije que no te arrepentirías y le doy las gracias también por ayudarme a conseguirlo”.

Era el momento de acordarse de muchas personas.... saque mi bandera y, cual alpinista que corona una cumbre, allí que me hice la foto. Si hubiese tenido una varita mágica, hubiese parado el tiempo en ese instante.


Tras echarnos las fotos de rigor y contemplar un poco las vistas (las del Mulhacén son impresionantes), nos abrigamos y nos disponemos a bajar. En los primeros tramos, el asfalto (por llamarlo de alguna manera) esta en muy mal estado y mi compañero se adelanta unos metros. Va mucho mas seguro que yo, que este tipo de terrenos me sigue dando un poco de canguelo. Pero a la mínima que la carretera mejora un poco, le acabo dando caza y hacemos lo que queda de bajada juntos. Al llegar de nuevo a la Hoya de la Mora, volvemos al bar de antes y, junto a su mujer e hijo, le pedimos al dueño los refrigerios prometidos jajajaa

Tras un rato de charla me despido de ellos, no sin antes intercambiar telefonos y correos electrónicos, ya que yo aun debia bajar hasta Granada. Pero antes de eso, debia pasarme por el supermercado para ver si estaba el chaval que me prestó la cámara el otro dia y “devolverle” la cámara en señal de agradecimiento. Y también, porque no decirlo, para comer algo jejeje
El caso es que el supermercado estaba cerrado (eran las 15:00h) y ni pude saludar al chaval ni pude comer nada. Asi que sin mas remedio, me disponia a bajar hasta Granada sin agua y sin comida. Tampoco me preocupaba mucho porque al ser todo cuesta abajo, no me supondría mucho esfuerzo. Solo había que dejarse caer y dar pedales en dos o tres puntos del recorrido.
La bajada, cómo no, se disfruta una barbaridad pero al ser tantos kilómetros llega un momento que hasta se hace pesado. Ademas el trazado, quitando los 8-10kms finales, tampoco da para mucha “diversión”.

Asi, tras 1h20' llego al coche. Nuevamente se da esa rara sensación de lo que tanto te ha costado subir, se baja en un pis-pas. Pero es lo que hay. Me cambio de ropa, recojo los bártulos y meto la bici en el coche. Son las 16:35h, ¿y ahora donde como?. Pues nada, me voy a un McDonalds a comer cualquier cosa y pasadas las 17h inicio el regreso a casa. Quizas esta sea la peor parte del dia: al cansancio acumulado y a pesadez del viaje en si, se unen los calambres que de vez en cuando me van apareciendo en los gemelos, hasta tal punto que tengo que hacer un par de paradas a estirar. De tal manera, llego a casa poniendo punto y final al viaje poco antes de las 20h.

Cansado, pero satisfecho.

Datos de la ruta: Total (Subida / Bajada)

Distancia: 94,34kms (45,95km /48,39km)

Tiempo: 7h21'54” (5h57'10” / 1h24'44”)

Desnivel acumulado: 7020m (3704m / 3316m)

Vel. media: 12,8km/h (7,7km/h / 34,3km/h)

Velocidad máxima: 73,8km/h



El pretoriano pedirá siempre, siempre correr sin mirar los kilómetros ni las horas. (Credo Pretoriano: El espíritu de CORRER)

Pues eso, ¿cuál será el próximo reto? Alguna sugerencia.....

1 comentario:

Anónimo dijo...

avq 1979, genial la cronica, ya me hubiera gustado estar en forma para poder haberla echo contigo... espero que en proximas aventuras pueda acompañarte..

fuerza y honor.