9/10/08

Crónica de Al-Mudayna. Por Scheilor


LA SOLEDAD DE UN CORREDOR DE FONDO,
CUANDO LLEGA EL ULTIMO


Una semana antes de la carrera, debido al poco entrenamiento realizado y al constipado que tenía, pensé no ir a la carrera, pero a medida que se acercaba la fecha, estaba más ilusionado con el viaje, de ir con los compis del club, los familiares, me fuí animando y pensé : al menos voy de excursión y vivo el ambiente.

Eso el ambiente fué lo que me perdió, aunque llegamos tarde, todavía se respiraba el ambiente previo, recogida de dorsales, cena de la pasta, el trato amable de los vecinos de Bullas, el como te miran al ir de pretoriano, etc., y aunque no pasé buena noche y apenas concilie el sueño, por la mañana ya estaba decidido a correr, aunque presagiaba que no me iría bien, por todo lo anteriormente expuesto, por el nivel que se adivinaba de los participantes y por el escaso nº de estos (a mayor nº, más posibilidades de que haya corredores algo más lentos que uno).


El ambiente previo a la salida fue estupendo, a Conchita, Agripina, mi santa sufridora, se le había agotado la tarjeta de memoria de su cámara, le dejé la mía para que tomara fotos de la salida y luego al paso se la recogía.

Cuando dieron el pistoletazo de salida, todos salieron en estampida y me desplacé hacia la izquierda para recoger la cámara, cuando la tuve guardada y miré hacia delante, se había abierto una fuerte “brecha” con el resto de los compañeros, apreté un poco para intentar alcanzar a Polo, que era el último de los pretorianos y me asfixié, empecé a toser y me fueron pasando corredores, llegó Benito…., me dijo que la haría tranquilo, corriendo y andando, estuvimos juntos unos 300 mts., pero luego no pude seguirle, de vuelta en el autobús, me dijo que me vio tan mal, jadeando, sin poder respirar, que estuvo seguro de que yo no terminaría la carrera, (casi acierta, estuve pensando en retirarme).

Cuando una vez miré hacia atrás, ví que solo quedaban 2 corredores por detrás (Gerardo y Julio), con un trote cochinero llegué al avituallamiento del km. 5, cuando yo salía, ellos llegaban, así fuimos hasta el siguiente, km.10, donde Gerardo me adelantó, cogió el avituallamiento para él y Julio que no paró,yo luego de beber y comer seguí hasta alcanzarlos y llegar al siguiente, donde ocurrió lo mismo y ya no los pude alcanzar, aunque los tenía delante.


A medida que avanzaba iba recobrando poco a poco la respiración, entonces empezaron a pasarnos las bicicletas hasta el avituallamiento del km. 23, aquí llegue ya solo, bueno con bikers que se desviaban a continuación, ellos a la derecha y yo hacia la izquierda, al empezar la subida anterior al tramo técnico, me senté en un pedruzco que estaba en la margen derecha, me puse crema Voltaren que llevaba en el cinto, en el Aquiles y en las piernas, porque estaba empezando a tener calambres, en este tramo fue donde tomé conciencia de que me faltaban aprox.20 kms., que estaría todo el tiempo solo, que si tenía algún percance en el tramo técnico y no pudiera levantarme, pasarían bastantes horas antes de que me encontraran, pensé que 200 mts. atrás, estaba el avituallamiento, que si volvía, me recogerían y llevarían a meta.

Fue un pensamiento fugaz, pero al instante pense en Conchita, que había hecho el sacrificio de acompañarme en autobus, con 14 horas de viaje y con sus dolores de la fibromialgia, pensé en mi futura y primera nieta (nacerá en Febrero, así que la Transcanaria, para otro año) y en el resto de mi familia, me levanté y empecé a trotar, cuando llegué al tramo técnico, me dijé que no sabía cuanto tardaría pero que ya no me paraba nadie, en lo alto distinguí a Gerardo y Julio.

Por un instante pensé que estaba solo, que no tenía a nadie detrás, ¿que si alguno de la carrera habría tenido la misma sensación de soledad que yo?. Cuando llegue a la cima, creí que empezaría la bajada, luego me dí cuenta del error, porque había que “visitar” los otros picos.

Cuando sabes que vas a llegar el último, el tiempo tiene menos importancia, así que hice un pequeño video, anteriormente también había realizado algunas fotos, contemple el paisaje y me dije, esta paz y quietud, la habrán tenido muy pocos corredores en el día de hoy.


Después de la bajada, cuando llegué al avituallamiento del km.32, solo quedaba agua y te entra la duda y enseguida preguntas, ¿si en el del km.37ocurriría lo mismo?, los abnegados voluntarios, (chapo por todos ellos), con más voluntad que certeza dijeron, que no, que allí habría; menos mal que acertaron, quedaban 4 medios plátanos y agua.


A partir de aquí solo íbamos 3 ciclistas, yo y el coche de protección civil.

Cuando estaba cerca de la población, tiraron el primer cohete y así hasta que entre en meta, antes en la cuesta, estaba Conchita, con varios de la organización que me acompañaron, por los altavoces repetían “está entrando en Meta, José A. Ruiz de los Pretorianos de Tomares, tiene 60 años”, estaban presentes los 2 Centuriones y todas las voluntarias a ambos lados del pasillo de meta, me puse los bastones en una mano, cogíla cámara, la puse en video y empecé a grabar al público asistente, que extrañados aplaudían más si cabe.


Estoy seguro que la Agripina movió cielo y tierra para que no encontrara la meta vacía a mi llegada, no me la merezco. Gracias mi amor.

Luego me dieron el trofeo de 2º clasificado de mi categoría y el diploma de Centurión, joder, que carrera la mía, hace 3 años empecé a correr, va a ser 1 año que soy Pretoriano y ya me han hecho Centurión.



Cuando entré en el comedor, levantado el trofeo y todos los pretorianos aplaudiendo, tuve que hacer un gran esfuerzo, para controlarme.

Solo quedé contrariado por un hecho en la carrera, cuando fui a ver el video de la llegada, no estaba grabado, se ve que con la emoción le daría 2 veces a la cámara y la apagué. Pero las imágenes no se me borraran de la retina.


Gracias a todos por el buen fin de semana que hemos pasado junto a nuestros familiares.
Club Ultrafondo Pretorianos de Tomares
Más que un club, un grupos de amigos que nos divertimos corriendo.

1 comentario:

SlowPepe dijo...

Amigo SCHEILOR, Centurión ya, muchas felicidades. Esa carrera de Al-Mudayna no sé cómo empezaría, pero seguro que no podía terminar de mejor forma. Contra los elementos te plantaste en la línea de llegada, sufriendo en soledad durante mucho tiempo y corriendo contra las dudas alcanzaste esa meta. Uno tiene que ser el primero, y uno tiene que ser el último. Los dos tuvieron el valor de tomar la salida y recorrer la distancia, cada uno según sus posibilidades. Gloria y honor, pues tanto al primero como al último, así como a todos los que entre ambos llegaron. Perder, sólo pierden los que se quedan en casa.

Un fortísimo abrazo. Me gustó mucho esa crónica.

Pepe